jueves, 15 de julio de 2010

Bajo el sauce


Una mañana de julio, sin apenas nadie en la calle, aun no hace el suficiente calor para estar refugiados, al contrario, una brisa suave hace la espera más llevadera.
Estoy esperando a una amiga, me ha dicho que tardará unos minutos, pero como ya estaba en la calle he decidido esperarla, para que subir para luego bajar. Mejor me pongo a la sombra, bajo el sauce. Saludo a algún que otro vecino que va y viene, pero no hay nadie y eso que ya son las 11.30 de la mañana; la piscina todavía está cerrada y no se oye a la chiquillería... se está muy bien; y mientras espero...
Sensaciones, recuerdos, experiencias ya vividas, como cuando bajaba con mis amigas siendo niñas (incluida a la que estaba esperando) al jardín de debajo de casa de mis padres a jugar a los mercados; o en vacaciones, en la playa, siempre éramos de los primero en coger sitio, incluso cuando paseaba por las calles de Madrid camino del trabajo, en vez de coger bus o metro.
Olores, sensaciones, recuerdos... todo esto debajo del sauce.