sábado, 2 de octubre de 2010

Alma de orquídea

































La orquídea:


Es verdad que no es mi flor preferida, soy más de rosas (muy común) y de disfrutar de las amapolas en el campo (las amapolas nunca encerradas, son tan bellas libres) y es cierto que hay flores que no tolero, que no me gustan o que simplemente ignoro.


Hay quien cree que las orquídeas son de las que no tolero, y eso no es cierto, hay 25.000 clases de orquídeas, y de esas 25.000 conozco, como mucho, una decena de especies, y solo una, solo una especie de orquídea, que no me gusta.


Las orquídeas son muy "espirituales" (sí, las plantas también pueden ser espiritual) o por lo menos interrelacionan mucho con las energías de los humanos. Y la flor en cuestión que no me gusta, esa, no me ayuda mucho a sentirme bien.


Sin embargo, hay muchas orquídeas, muchas flores que si. El otro día, una gran amiga, regaló a esta casa unas orquídeas fantásticas, enseguida la dijeron que a mi no me gustan las orquídeas, y no, eso no es del todo cierto...NO ME GUSTA UNA CLASE DE ORQUÍDEA... las demás que conozco me parecen realmente maravillosas.


De echo, estas, este regalo, me dan serenidad, es muy placentero entrar en la habitación y notar un rallito blanco de belleza en el centro de la estancia. Y me siento unida a ellas, es curioso, he leído en un artículo que "las energías de las orquídeas se dirige naturalmente a los aspectos más elevados del Ser Humano". Será por eso, que el otro día, en un momento de meditación y tranquilidad, sentí que entre la orquídea y yo no hay mucha diferencia, que al igual que ella, puedo parecer frágil, pero se enfrentarme a la adversidad, que al igual que ella, puedo ir con más seres como yo, pero aunque esté rodeada, brillo por mi misma, sin ser eclipsada o eclipsar a nadie. Sentí que las entendía.


Será que tengo alma de orquídea...